En una tarde inolvidable en el estadio José Amalfitani, Los Pumas lograron lo que hasta ayer parecía imposible: vencer a los All Blacks en la Argentina. Fue la primera vez que el seleccionado nacional se impuso a los neozelandeses en suelo propio y la cuarta en toda la historia.
El equipo argentino construyó la victoria desde la defensa. Ordenados, sin regalar penales y con una actitud férrea en el contacto, los dirigidos por Michael Cheika frenaron cada embate de los oceánicos. Pablo Matera fue figura, con tackles determinantes y una corrida que derivó en el try de Gonzalo García en la segunda parte.
El golpe más duro llegó temprano: la salida por lesión de Tomás Albornoz. Pero la respuesta fue inmediata. Santiago Carreras tomó la posta, sumó 13 puntos con efectividad perfecta y se convirtió en pieza clave de la gesta.
Hubo más nombres propios que dejaron huella: el liderazgo de Julián Montoya, la entrega de Santiago Chocobares, la velocidad y el juego aéreo de Bautista Delguy, y la versatilidad de Juan Cruz Mallía, que incluso se animó a patear y acertar un penal en un momento caliente del partido.
Liniers fue testigo de un triunfo por 29 a 23 , que quedará grabado en la memoria. Los Pumas, con corazón y disciplina, entraron otra vez en la historia grande del rugby.